El CUIDADO PSICOESPIRITUAL Y LA SALUD MENTAL SON CLAVE PARA EL BUEN DESARROLLO DE LAS PERSONAS

En el marco de la Semana por la Paz se realizó un foro en relación con el objetivo de desarrollo sostenible #3 conocido como Salud y Bienestar de la Agenda 2030 de la ONU, se contó con la participación de la Docente / Psicóloga Jessica López y el Pastor / Psicólogo Rogelio Aracena, quienes aportan sus posturas y reflexiones en torno a dos grandes ejes temáticos: la espiritualidad y la salud mental. Fue un encuentro apoyado por todas las organizaciones basadas en Fe (OBF) y por todo el sector interreligioso como de otras instituciones académicas de carácter superior como lo es la Fundación Universitaria Bautista (Unibautista) quien facilito el espacio y recurso tecnológico para su realización. Este diálogo estuvo ligado a la pedagogía para el cuidado psicoespiritual y la salud mental de las personas en donde la implementación de actividades conjuntas como está llevadas a cabo por las OBF quienes en su misión institucional y social le apuestan a la consecución de acciones humanitarias deseando acompañar, aportar y favorecer a los procesos personales e internos (momentos de crisis o de alegría) donde cada individuo logre tener un desarrollo óptimo en la espiritualidad y/o la fe siendo expresiones válidas para entender el mundo y lo que lo rodea.

En términos de espiritualidad Aracena manifestó: “una parte de la conciencia humana, no se manifiesta materialmente esta ligada a algo que es superior a los seres vivos, tiene carácter universal y debemos examinar y establecer su existencia (…) el hombre tiene naturaleza espiritual”, dicho de otra forma, cualquier ser humano busca de Dios de forma involuntaria en su deseo de encontrar una orientación espiritual o expresión religiosa con la que se llegue a identificar la persona teniendo “Libre albedrío”, y en ese sentido “el ateísmo puede considerarse una expresión que ayuda a conceptualizar y entender el mundo”, Aracena; de igual forma aparece el campo de la psicología que también arroja una serie de caminos posibles e interrogantes frente a la existencia del carácter superior de la espiritualidad entendida como una “responsabilidad personal” vinculada a una “toma de decisión”. Al hablar de conciencia espiritual resaltan dos preguntas ¿Cómo entiende cada humano la vida? y ¿Cómo la vive a partir de esa comprensión?, surgen por ciertas incógnitas que, en 2018, la institución COOMEVA partiendo de un informe hecho por la Organización Mundial de la Salud (OMS) adjudicó una nueva forma de comprender el deterioro o la mejora de la salud en los pacientes, es así como el campo de la psicología dio paso a mejores explicaciones en esta cuestión, así pues la OMS habla de un concepto de salud sujeto a: “es el equilibrio entre lo psicológico, emocional y físico” Aracena, aludiendo a una “Pisco emocionalidad” reconociendo que la espiritualidad tiene cierto vínculo con la salud.

La conciencia espiritual tiene muchos componentes que interactúan en un mismo espacio en donde también la conciencia ética se ve involucrada en esa acción de “toma de decisiones”, entonces para entender y vivir es importante la relación intrínseca entre psique – logia que significa “estudio del alma” en donde permea un sinfín de conexiones: la mente “indica un camino seguro”, las emociones “nos cautiva la emoción, inmediatez”, la voluntad “la casa del ser”, por lo tanto, reconocer la existencia de este tipo de conciencia es declarar una culpabilidad ante cualquier situación y mientras no se acepte o se resuelva tal sentimiento o sensación repercutirá en la salud arrojando síntomas de depresión o un imaginario de recaer en repeticiones. En resumen, hay varias expresiones espirituales como lo mencionó Aracena que aluden a que todo lo que es/fue - pasó/pase/pasará es causa de algo o alguien superior, del mismo modo hizo referencia a “el cuerpo es una prenda de vestir, vaya en busca del usuario” Jean Lavesque, dando una muestra de que la espiritualidad es universal solo que el lenguaje o la interpretación es diferente, así mismo habló sobre la diferencia entre una expresión religiosa y una espiritual, la primera, es creer en la experiencia del otro, y la segunda, es creer y crear una experiencia propia.

Por otro lado, la doctora López comentó que para muchas personas la relación entre espiritualidad y salud mental son aisladas entre sí, no obstante, confirma el vínculo que mantienen ambos conceptos y/o formas de ver el mundo y al ser humano; la interrelación entre ambas tiene muchas definiciones y no hay nada concreto por eso en la producción de este conocimiento se puede encontrar diversas posturas, pensamientos, indicadores, conceptualizaciones o experiencias, en tal sentido, la OMS entendía la mente y el alma por separado solo hasta después de la 2 guerra mundial da inicio a nuevas connotaciones intrínsecas entre estas posibilitando tener efectos negativos o beneficiosos en la salud y el bienestar de cualquier persona. Entender el concepto de “espíritu” es complicado debido a su infinidad de aclaraciones sobre ¿Qué es? ¿Cómo se da? ¿Dónde se encuentra?, y así han aparecido varios interrogantes a lo largo de la historia humana, aunque el ámbito científico se haya alejado de esta concepción, en el último tiempo el concepto de salud mental se entiende como un “estudio del alma, de la psique” intentan do analizar no solo las manifestaciones visibles o tangibles, sino de lo que no capta el ojo humano y tampoco se puede palpar, entonces, López aludió a: “La psique es un conjunto de capacidades humanas del individuo que son capturadas de forma consciente o inconsciente”, por ende, el alma es como una caja en donde se recopilan experiencias, pensamientos y emociones, esta última López explicó que son reguladas y transmitidas no desde la espiritualidad o corazón sino desde el cerebro y el raciocinio, tales se presentan en relación a acontecimientos que transcurren en la vida del individuo, es aquí donde las emociones no manifestadas (reprimidas) quedan atrapadas en esa caja sin poder salir “espacio inconsciente al hablar de salud mental” y, en la medida que eso sucede aumenta su grosor e impacto buscando la aflorar por cualquier lado.

A modo de conclusión la sociedad actual ha tergiversado y se ha inmiscuido en la conceptualización de la espiritualidad y en el ejercicio de las iglesias o centros espirituales, más estas no se han insertado en el mundo global, no obstante, surge una posible asociación entre la espiritualidad y la búsqueda de un resultado para entender la vida misma desde un ámbito filosófico. En síntesis, la interconexión entre espiritualidad y salud mental debe darse “de adentro hacía fuera” López, es decir que ambas conceptualizaciones interactúan y no pueden desprenderse, y al tiempo se habla desde una interpretación o sensación producida por alguien o algo frente a ese exterior: el mundo, las acciones y palabras del otro, el entorno, es decir que cualquier persona puede decidir cambiar su comprensión, su accionar o la emoción frente a determinada situación hecha por otra persona más no puede interceder en el cambio del otro. Para finalizar, el espíritu es la parte central de todo ser humano que integra el cuerpo y el alma, así que toda persona es un ser espiritual tanto el pederasta como el asesino o violador, solo que en estos casos ese espíritu esta oculto y/o adormecido, pero proviene de aquellas situaciones que no fueron o no han sido trabajadas por las / los individuos viéndose reflejadas luego en sus acciones violentas y caóticas, entonces, es un deber mirar las acciones y actitudes que tiene una persona en la sociedad ya que estas pueden radicar en una problemática significativa y vinculada a algún ámbito personal, laboral o familiar previamente experimentado, es ahí donde se hace un llamado urgente a los profesionales en salud mental y a los guías o orientadores espirituales a comprometerse con un adecuado proceso que evite o reduzca esta problemática social que hoy en día es representada en el crecimiento de cifras por mortalidad depresiva y/o suicidio siendo un claro ejemplo de que el bienestar (espiritualidad) y la salud (mental, fisica, emocional) han decaido, aún más por lo sucedido en la Pandemia COVID19 donde se evidenció que la mayoría de personas el encierro y otras circunstancias afectarón estos aspectos.

Ver: En Vivo Foro Espiritualidad y Salud Mental 

Realizado por: Andrea Zambrano